Back to the wor(l)d

Después de varios meses sin publicar nada, no estaría mal entrar en calor de nuevo, que falta me hace en este país..

Bueno, después de meses sin escribir y sabiendo que tienes una audiencia reducida, o que simplemente escribes para ti mismo, creo que este post será complicado de plantear. De esos en los que te quedas mirando la pantalla o acudiendo a tu tic preferido (en mi caso pelarme las cejas a pellizcos… no sé porqué) formulando la frase en tu cabeza o simplemente pensando el tema del que vas a tratar.

Voy a ver si con temas que siempre pienso en explicar y que tengo más o menos claros en mí cabeza, me animo a escribir más a menudo. Pues es algo que junto con cantar en la ducha me encanta. Jaja Mentira. No me ducho.

Bromas aparte, nunca le he visto la gracia a cantar en la ducha. Berrear desnudo con agua y jabón en los ojos con el riesgo de que te oigan los vecinos y te retiren la palabra. Y no quiero ni pensar los que usan el jabón como micro o bailan. Wow. Eso si que es high-risk y no el trading. En fin. Tema a discutir algún día supongo.

Hoy me gustaría hablar de los patrones de comportamiento humano. Algo que me fascina.

Somos gente de tradiciones, de ceremonias, nos movemos (la mayoría) muchas veces siguiendo a la masa, y como tales, realizamos todos cada día, cada hora o cada minuto, rutinas que se repiten casi exactamente de la misma manera en cada uno de esos momentos. Supongo que porque nuestra mente es perezosa y le mueve lo fácil o simplemente porque somos pragmáticos.

O eso creemos. Realmente, tras mucho tiempo de observación y recopilación mental, uno puede llegar a la conclusión de que al final el ser humano se adapta por comparación a lo que hace el resto, lo que nos lleva en un 90% de las tareas, a ser uno más entre un millón. Y digo en un 90% porque cada uno tiene su personalidad y muchas veces rompe ese patrón para tomar sus propias decisiones. Los creadores de tendencia, puede que bajen esa cifra al 70% y los países subdesarrollados puede que la lleven al 99%, pero más o menos (sin estudio empírico) los números deben rondar por ahí.

¿Y cómo sacarle partido cuando te das cuenta de eso? Bueno, algunas cosas son irremediables u otras, aunque tengas que seguir a Vicente, tal vez ya no se puedan optimizar más. Pero muchas otras sí.

Tampoco voy a escribir una lista de cuales exactamente he encontrado en mí vida, pero podemos encontrar desde lo más mundano a ahorros considerables si simplemente vamos un poco más allá. Me refiero a abrir nuestra mente a nuevas posibilidades, nuevas maneras de ver o hacer las cosas. ¿Y quién tiene la llave en todo eso? Hoy en día, para un 75% de esto: Internet. Por procesos, por información… o simplemente por tener el mundo al alcance de tu mano. ¿El 25% restante? Ese se puede encontrar en cualquier lugar, y depende mucho más de nuestro ingenio, picardía o inconformismo.

Y es que podemos echarnos a reír o levantar la cabeza, cuando vemos cualquier aparato programado o robot que no puede subir escaleras, que no reconoce comandos o que choca con la pared porque nadie le enseñó a evitarlo. Pues, salvando las distancias, no estamos muy lejos de eso. Cometemos muchos errores o seguimos caminos, que podrían parecer programados por ordenador de lo repetitivos que pueden ser. Y erráticos. ¿Puede ser simplemente instinto? También. Instinto perezoso diría yo. Pero el tiempo o dinero ganado/ahorrado utilizando la salida menos transitada, el atajo más corto o incluso el medio de transporte más óptimo puede ser considerable.

Por ejemplo.

En Londres donde yo vivo, un abono de transporte público (todas sus versiones) mensual para ir de casa al trabajo son 90GBP.  Tiempo de commute (ya que vivo aquí tengo que enchufar algún anglicismo, commute=transporte casa-trabajo y viceversa): 45 minutos de media.

Moverte con la moto te cuesta 40GBP de plaza de parking en destino más 20-30 GBP de gasolina y 8 GBP de seguro prorrateado por cada mes. Tiempo de commute: 15-20 minutos.

Ahorro económico (para los puristas podríamos incluir el coste de la moto, pero suponiendo que la uso para otros fines, apenas importa o incluso con eso salen las cuentas)…  como muy poco 12GBP al mes (120 GBP al año) y ahorro de tiempo 25 minutos por trayecto o 50 minutos al día. Tomemos el tiempo. Lo más importante y caro. 4 horas a la semana. 16 al mes y 192 horas al año. A primera vista parece poco, pero con 192 horas al año, te puedes dedicar a muchas cosas. Por ejemplo a mi segundo ejemplo. Al ahorro optimizando todas las compras que hagas.

Está claro que hasta cierto punto esto depende un poco más de la ciudad en la que estés (aunque ciudad pequeña menor oferta pero también menor coste y tiempo de transporte así que hay correlación), pues oferta, canal de distribución, competidores, etc., en número y diversidad dependen mucho de la densidad y nivel económico de la población. Pero en grandes casos hay ahorro seguro. Por poner un ejemplo conocido: Las vacaciones. Un ejemplo más destacable en ahorro para las que, usando agencia, puedes pagar hasta un 20% más que buscando por ti mismo en Internet vuelo, transporte al aeropuerto, guía, hotel y restaurantes. De nuevo, se requiere de tiempo para todo eso, pero cambiemos nuestra manera de ir a trabajar y creo que nos sobrarán con las casi las 200 horas ahorradas antes para eso ¿no? Aún tendremos 180 de más tomándonoslo con calma.

Teniendo en cuenta que el gasto medio de vacaciones usando la técnica AO (a ojo) puede rondar unos 1.500 – 2.000 eur, el ahorro supone unos 300 – 400 euros. Una cantidad nada despreciable para poder emplear en irte a cenar a cualquier restaurante de estrella Michelin de los que siempre dices “ojalá pudiera” o comprarte un iPhone (“nunca me gastaría 300 eur en un móvil), o para los anti-carpe diem, ver como crecen sus ahorros en la cuenta naranja,

Más adelante ya daré la tabarra sobre otro ejemplo como los planes para comprar teléfonos, o seguramente, el 95% de los abonos a actividades de ocio, como gastos proporcionalmente mucho mayores comparados con su uso. Aunque si se busca, hay muchos estudios sobre eso ya. Y seguramente también sobre lo que he dicho. Pero bueno, simplemente quería compartir un pequeño ejemplo de cómo si se aprovecha el tiempo y los medios, se ganan más de los dos. Y el efecto es multiplicativo. Más aprovechas, más ganas. Sí, es cierto, llega un punto en el que tiene su límite, pero merece la pena intentarlo. Ya os lo contaré cuando llegue. De momento ya he re-reestrenado el blog.

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