Reconozco que soy un fan de la cámara súper lenta. Poder ver como le zumban a uno un tortazo y vuelan las gotas de sudor mientras se deforma la cara o como una gota de agua rompe contra el suelo dejando tras de sí un baile de formas inapreciables para el ojo humano, no tiene precio.
4.000 frames por segundo que descubren un mundo que solo se puede ver despacito…
Así que navegando por Fubiz reposteo las fotos de Alan Sailer. No son vídeos a cámara súper lenta sino fotos de alta precisión. De nuevo, otro de los detalles de la vida que se nos escapan, cazado por gracias a un disparo de su cámara de alta velocidad y de su rifle de aire comprimido en su garaje. No tienen desperdicio.