Como está el patio…

Supongo que en tiempos de crisis, salvo excepciones, muchos de nosotros tenemos muchas cosas en común…

Por ejemplo y yendo directo al punto del que quería escribir. En tiempos de crisis, si no me equivoco, se incrementa considerablemente el numero de personas que juega a lotería y sucedáneos: Primitiva, Euromillones, «los ciegos», la quiniela, el casino, los dardos… lo que sea por ganar algo y poder dejar de trabajar y que claro, además nos haga millonarios o nos deje cerca.

Yo por mi situación personal sinceramente no me puedo quejar. No nado en abundancia pero, tocando la mesa de madera del escritorio para que la situación no cambie, de vez en cuando me puedo dar algún capricho. Pese a eso, como a todos, de vez en cuando juego a Euromillones. Por contextualizar mi caso, nunca he sido muy fan de la lotería, de hecho, durante mucho tiempo la he repudiado por la baja probabilidad de salir agraciado con algún dinerillo para un coche o jet privado. A lo único que apostaba de vez en cuando era a cualquier tipo de juego que tuviera alguna base probabilística fundamental. Es decir, que hubiera alguna lógica en el evento en el que se apostaba. En su momento en España, que yo sepa, casi lo único que cumplía ese requisito era la quiniela. Está claro que los fundamentos a tener en cuenta eran muy amplios y el factor de impredecibilidad seguía siendo alto, pero gracias a ser mucho más bajo que la loterías, además de pasártelo bien, había ganado algún dinerillo. Nada que me sacara de trabajar, pero el suficiente para demostrar esa teoría. Aunque a la teoría de acertar un 14 de 15 en la quiniela, va unida que si no has apostado por una sorpresa, hay mucha más gente que piensa lo mismo y me parece que como mucho durante ese tiempo me llevé 2oo o 300 euros cuando la media del premio debería estar en 10 o 15 mil para jornadas con varias sorpresas.

Así que mi poca experiencia en la lotería se resume en eso más un gordo de navidad cuyo número tenía en mis manos con la salvedad de que las dos últimas cifras estaban al revés. Es decir, si acababa en 49, el mío acabó en 94. El resto igualito. Igualito menos el premio. De 300.000 eur a 200. Sí, lo sé, no hay que llorar, pero el calvo de la lotería me pasó la mano por la cara con un fajo de bin ladens como venganza a mi odio por ese juego, y se marchó a Madrid a entregar el premio. La cara de tonto que se te queda no está mal.

Hipócritamente feliz por quedar mi teoría demostrada, mi día a día sin loterías siguió feliz hasta que me topé de golpe con el euromillón o euromillones, como leches se llame. ¿Hasta 145 millones de euros de bote? Estás de broma. Imposible no romper mis principios y jugar a eso. Así que apliqué la máxima de Groucho con los principios y desde que conozco ese sorteo y el bote es considerable (tampoco es que jugar sea precisamente barato) me animo a jugar a través de un portal de Internet con una apuesta simple.

145 millones de euros. Cuando escuchas o hablas de eso siempre, y digo siempre, entre las dos o más personas que hayan, surge el… «¿te imaginas lo que podríamos hacer con eso?». Pues sí, todos nos lo imaginamos, pero yo lo tengo matemáticamente calculado. Supongo que es una manera de convencerme de que hay que jugar, pero pongámonos en situación. Agarremos lo que debe ser el premio medio (30 millones, digo yo), partamos esa cifra en dos. 15 millones por banda con derroche en popa a toda Visa y 15 millones para ahorrar7invertir. ¿Y como hago ese dinero casi eterno? Pues aquí viene la esencia del post: Que hacer cuando seamos millonarios para eternizar lo máximo posible lo ganado. Lo «jodío» claro está, es llegar a serlo, pero para eso ya sabemos que hay que hacer. Jugar a la lotería, en España saber jugar a fútbol (muy bien y si eres guapo mejor) o tener suerte, mucha suerte. He descartado a la duquesa de Alba y al príncipe por estar pillados.

¿Y que hago? Dos premisas básicas. Dividir el dinero en dos partes como he dicho. La del derroche (que para eso somos millonarios) y la del ahorro. Y la segunda es comprar lo menos posible, sino alquilar.

Ejemplo erróneo. Con ese dinero (o con el que os de la gana, en el fondo vale para casi todo siempre que la cuantía sea considerable), lo primero que nos viene a la cabeza es comprar (o al menos a mí) ciertas casas. Pongamos una para cada trimestre más la propina, en Barcelona, París, Bali, Londres, Nueva York y algún apartamento en varias playas como Bali, Cancún, Polinesia y/o montañas como por Austria, Suiza, o Aspen (lo sé, no es un país pero es que USA es muy grande). Sin pasarnos de la raya tenemos casi unos 10 MM gastados. Nos sobran 20. Ponle coches (Aston Martin, Lamborginis, etc), algún barco, dar algo de dinero a la familia, a la beneficencia y guardar algo en el banco, que habrá que mantener todo lo comprado no? En unos 10 años, a ese ritmo, pagando impuestos, seguridad, servicio, caprichos, etc… no tendremos ni la mitad de casas ni 1/10 del dinero. Bueno, a lo mejor las casas las tenemos para nuestra desgracia, porque como hoy, no hay dios que las compre.

Mi ejemplo (sé que todo esto es «de un poquito fliapado» pero así me entretengo en una tarde de sábado y de Rodríguez). Tomas la mitad, 15 millones de euros y los pones a tipo fijo. Para dejarnos de tonterías. Y mira que a mi me chiflan los mercados, pero cuanto más sé y más invierto, menos gano, así que dejémoslo en inversión en renta fija. Sin líos. Por ese importe creo que podemos sacar cosas decentes, no sé, pongamos al azar algo parecido a un 2-3% de un conglomerado de deuda pública o privada con rating decente (porque a plazo fijo puro con la última bajada de tipos sabe mal). ¿Qué nos da eso? Pues ni más ni menos que casi unos 400.000 euros al año. Limpios probablemente la mitad. Pero a lo tonto nos quedan unos 20.000 eur limpios a la semana sin que nuestro dinero pierda valor (el tema de la inflación lo aparcamos para no complicar el análisis, simplemente comparemos ejemplos). ¿Con eso tenemos para ir tirando no? Pues bien, aún nos quedan 15 millones de euros para alquilar lo que queramos cuando queramos. Y cuando digo alquilar me refiero a casas, aviones, barcos, apartamentos, etc. Si pasamos un trimestre en cada una de las ciudades que he dicho antes, en algunas de las casas más impresionantes que se puedan imaginar (sabiendo que nos podemos ir, cambiar o hacer lo que nos dé la gana «cuando queramos») nos gastaremos entorno a 500,000 eur al año. Hablo de lugares por los que se paguen 40,000 eur de alquiler al mes. Ninguna broma. Gastamos 5 de esos 15 en coches, servicio, ropa comida, etc durante los 20 años que podremos vivir con todo eso a cuerpo de rey. Y durante esos 20 años seguiremos teniendo como mínimo 10 o 12 millones de euros de lo que hemos ahorrado (honestamente habremos usado algo de esos 15 de ahorro para algo). A partir de entonces bajamos el listón y podemos seguir viviendo la vida con tantas preocupaciones cada día como las mismas que tiene hoy Kate Middelton por ejemplo.

De liquidarlo todo en 10 años a vivir toda la vida como esos 10. Todo por alquilar y no comprar. ¿Y por qué alquilar? Y yo digo ¿Y por qué comprar?, Porque comprar, a día de hoy, hablando de grande sumas en casas, apartamentos, etc puede llegar a ser la peor inversión que podamos hacer en la vida (y casi vale para todo). El debate a nivel a nivel medio tiene muchos peros, lo sé, por eso prefiero plantearlo a este nivel de soñador barato, ya que es más fácil entender como es un error comprarse casas de 2 o 3 millones de euros sin saber donde queremos estar, y cuando estemos, estar tan poco. Luego llega la necesidad de vender y (como a día de hoy) que pasa? Que te lo comes con patatas. Como eso casi todo. El alquiler tiene sus limitaciones, pero te da más libertades que atarte a comprar. Por ejemplo, en un mundo con 7 mil millones de consumidores y al ritmo al que evolucionamos, comprar cada vez merece menos la pena. Lo que compramos queda casi obsoleto en un mes, una semana o en minutos. ¿Y para qué comprar si te «dejan» lo mismo hasta que salga algo nuevo, por una cuota decente? «Si claro, pero pago por algo que no es mío» Pero pagas lo mismo, y en esa cuota viene incluida la libertad. De cambiar, de subir o de bajar de nivel… aplicable a casi todo.

Esta reflexión que surge cuando juegas a la lotería es la que muchas veces me ha llevado a analizar porque comprar cuando se puede alquilar, para alargar la salud de tu economía o no condicionarla. Está claro que el ejemplo, hablar solo de lotería, es absolutamente material. Esto no te ayudará a ser ni más ni menos feliz. La felicidad es una familia, amigos, sentirse realizado, estar bien de salud y mil cosas profundas. Y eso está claro que no lo compra el dinero.

Para todo lo demás, Alquilad.

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Un comentario sobre “Como está el patio…

  1. Vale, me has convencido: jugaré al Euromillones y si toca te llamo para que me aconsejes! Te ha faltado decir el portal para hacerlo online, que algunos somos vagos hasta para eso… 😉

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